Poco a poco fui ganando terreno en las discusiones al punto que el quesito que comíamos en la noche eran esos cheddar plastificados, el vinito con el que lo acompanabamos era aguita del cano tibiesita, y la lamparita que tanto quería terminó siendo una linterna que venía con una máquina de afeitar!
Otra gran diferencia entre la vida independiente y la del conviviente es como sobrellevar esos días del mes en que las mujeres se ponen muuuuy sensibles. En Lima era sencillo, la llevaba a su casa, abracito, besito y adios. Ahora, no tengo adonde ir, a poner el hombro, escuchar y comentar, pero ojo, hay que estar recontra concentrado, porque si no, te pierdes en la conversación y SÍ se dan cuenta, ya no es factible decir "chevere" cada 5 minutos... caballero, esos 4-5 días "especiales" son inevitables.
A pesar de que este post parece una queja, en verdad la estamos pasando increible. Solo hay que aprender a ceder de vez en cuando, escuchar recontra concentrado, y por ahi soltar su cuota de romance, sin exagerar por supuesto porque si no te complicas para superarte la proxima vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario